Ermita Nuestra Señora de los Poyales de Rodenas | |||
Advocación
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Nuestra Señora de los Poyales
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Uso actual
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Ermita
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Municipio
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Rodenas
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Lugar
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Ubicación
| A 1 Km. Del pueblo por la carretera TE-V-9022 que conduce a Peracense. | ||
Coordenadas
| 40.643168,-1.518967 |
Mapa Google
| http://g.co/maps/7a7hq |
Restauración
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En 2006
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Conservación
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Buen estado
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Historia | |||
Data del siglo XVI y es de estilo mudéjar. Durante las obras de restauración realizadas durante 2006 aparecieron un artesonado simple de tabla y tres suelos superpuestos de ladrillo. Bajo el último de ellos se encontraron 3 niveles de enterramientos correspondientes a otros tantos asentamientos ibéricos. Datados entre los siglos IV y V Una cata realizada en el primer nivel permitió sacar a la luz un interesante hallazgo: Treinta urnas funerarias llenas de cenizas y abalorios y en tan solo un metro cuadrado de excavación. Tres de estas urnas han sido depositadas en el museo arqueológico de Teruel. | |||
Patrimonio inmueble | |||
Fábrica de mampostería y sillares de rodeno de refuerzo rematada a los pies con una sencilla espadaña de estilo castellano sin campana. La portada situada en el lado del evangelio está formada por jambas de sillares de piedra arenisca y un dintel con un arco de medio punto labrado. Los muros presentan dos pequeñas ventanas de iluminación en el muro del lado de la epístola del presbiterio y otra a los pies. La planta es de una sola nave rectangular con ábside semihexagonal separado por un arco triunfal tallado en piedra arenisca. La nave a su vez está dividida a los pies por un arco de medio punto de piedra partido por una columna que, junto con el arco triunfal, sustentan el artesonado de madera. El conjunto se remata con un sencillo altar de piedra arenisca instalado recientemente. | |||
Patrimonio mueble | |||
Tiene una imagen de la virgen de los Poyales que data del s. XVI que se conserva en la iglesia parroquial. Junto a la entrada, hay una pila de agua bendita tallada en piedra arenisca que parece antigua. El resto de los enseres, tres tallas y una pintura mural sobre el altar son recientes. | |||
Patrimonio Inmaterial | |||
La romería a la Ermita de la Virgen de los Poyales responde a una devoción que se remonta a varios siglos. Los quintos llevan todo el camino la peana con la santa patrona, adornada con flores y guirnaldas, acompañados por la bandera y por romeros que por promesa o devoción van también andando. Una vez allí se besa la reliquia de Santa Bárbara antes de acercarse a la plaza de Rodenas acompañados por una charanga, donde se canta a las mujeres del lugar tonadillas provocadoras a las que ellas responden persiguiendo a los romeros. Al atardecer, en las afueras del pueblo una procesión encabezada por la Virgen Dolorosa espera a los peregrinos, saludándose las banderas antes de concluir todos juntos la entrada en la población. A esta romería acuden los vecinos del Villar del Salz que tienen tanta devoción por esta virgen como los locales de Rodenas. | |||
Referencias | |||
SEBASTIÁN LÓPEZ, Santiago (1974) |
GALERÍA
APÉNDICE
La romería a la ermita de la Virgen de los Poyales, en el término vecino de Ródenas, responde a una devoción que se remonta a varios siglos. Los quintos llevan todo el camino la peana con la santa patrona, adornada con flores y guirnaldas, acompañados por la bandera y por romeros que por promesa o devoción van también andando. Una vez allí se besa la reliquia de Santa Bárbara antes de acercarse a la plaza de Ródenas acompañados por una charanga, donde se canta a las mujeres del lugar tonadillas provocadorasa las que ellas responden persiguiendo a los romeros. Al atardecer, en las afueras del pueblo una procesión encabezada por la Virgen Dolorosa espera a los peregrinos, saludándose las banderas antes de concluir todos juntos la entrada en la población.
La Romería de los Poyales de 1962
Canta la llanta del carro | Entre medio de los corros |
apenas venida el alba | presidiendo está La Santa |
y los cascos de los machos | con ramas de chopo verdes |
repicando le acompañan. | y con flores adornada. |
Los mozos riegan con fuego | La gente come en los toldos |
sus afónicas gargantas | sentada o arrodillada |
sacando brillo a los ojos | apegados a la tierra |
tras la noche de parranda. | que es la que a todos iguala. |
Fuertes tañidos de bronce | Platos y vasos los justos, |
martirizan las resacas, | y las manos por tenazas |
mientras por las escaleras | que nunca comer en mesa |
se balancea La Santa. | fue comida de campaña. |
El cura tira de hisopo, | Se reparte el vino gratis |
los mozos portan las andas, | y se comparten las viandas |
procesión y romería | con cualquiera que se acerque |
se han dado por comenzadas. | y se recueste en la manta. |
Una acabará allá arriba | Corro del Ayuntamiento, |
en los depósitos de agua, | negro y verde te delata, |
la otra habrá de continuar | el negro lo pone el cura, |
a golpe de pie o de llanta. | el verde los de la capa. |
La carretera de tierra | La gente visita al monte |
empolva las alpargatas | con las vejigas cargadas |
y las ternas asustadas | y los colores del vino |
se esconden entre las zarzas. | se reflejan en las caras. |
El puente de los tres ojos | ¿A ver, dónde está esa cuerda? |
sueña con ríos de plata | ¡Solteras contra casadas! |
que emerjan del Peralejo | ¡Salid a la carretera |
o de Peña Colorada. | que va a tocar la charanga! |
La arboleda mece el viento, | Saxo, trompeta y tambor |
alfombra de verde grama, | un pasodoble desgranan |
rumor de silencio umbrío, | pintando tirabuzones |
chopos con punta de lanza. | de pantalones y faldas. |
¿Qué es lo que huele en el Soto? | Cuando el sol, ya de caída |
¿Huelen acaso las sargas, | flirtea con la Atalaya, |
o tal vez son los enebros, | cuando las sombras se alargan |
las estepas o carrascas? | porque la tarde se acaba, |
¡Huele a Soto, huele a Soto!. | el cura se quita el negro |
Qué más da de donde salga | con el roquete y el alba |
ese aroma indescriptible, | y se organiza el cortejo |
esa embrujada fragancia. | para bajar a la Santa. |
Algunos carros descansan | Los pañuelos en el cuello, |
con las varas agachadas | las cabezas despeinadas |
y los toldos en el suelo | y el “Diostesalvemaría” |
se reparten la explanada. | que se canta con el alma. |
Les decimos hasta luego. | Nadie se queda en silencio, |
Nos veremos de bajada | aquí todo el mundo canta, |
cuando el humo juegue a nubes | las mujeres voz de tiple |
y el cordero esté en la brasa. | y los hombres de cazalla. |
Santa Bárbara no cesa | Y aquellos que no subieron |
de saludar con su palma | porque no les dio la gana, |
y los romeros caminan | portando la Dolorosa |
al paso que ella les marca. | hacia San Antonio avanzan. |
Se empieza a subir la Venta | Estandartes y banderas |
Hágase un alto en la marcha | se saludan y se abrazan |
que es tiempo de comer torta | y se dan la bienvenida |
y amorrarse a la garrafa. | unificando la marcha. |
Hace fresco y los romeros | Y aquellos que no subieron |
en las cunetas descansan. | por ser personas ancianas |
Blanquean en las umbrías | salen a la carretera |
leves vestigios de escarcha. | a ver pasar a la Santa. |
Se ve la ermita a lo lejos | Toquillas y velos negros, |
la gente se anima y canta. | chaquetas de negra pana |
A ambos lados del camino | y ojos pequeños que lloran |
olas de trigo y cebada. | detrás de las antiparras. |
Y antes de entrar, a la ermita | La procesión va avanzando |
dan dos vueltas con la Santa, | vacías están las casas |
que la tierra está reseca | cerradas tienen las puertas |
y en mayo hace falta el agua. | relucientes las aldabas. |
¡Santa Bárbara: que mayo | “¡Gloria sea al Padre Eterno…!” |
venga con cara mojada | Suenan las notas más altas |
y que en verano los trigos | donde unos echan el resto |
se libren de la tronada!. | y otros tosen o se rajan. |
A Rodenas todo el mundo | El cortejo va subiendo |
que allí aguarda la charanga | por la plaza de las cabras |
y los almuerzos y el vino | y los tañidos al viento |
y las ranas de la balsa | las emociones proclaman. |
y las mujeres del pueblo | Mientras, arrecian los cantos |
en las puertas de sus casas | en pique con las campanas |
con ojos escrutadores | que voltean en la torre |
llenos de desconfianza. | tanto que a veces se encanan. |
Los pellejos pierden peso | Y ya todos en la iglesia |
auscultando las gargantas, | para acabar la jornada |
y el vino va haciendo surcos | exprimen sus roncas cuerdas |
en las pecheras manchadas. | con una Salve cantada. |
Es la hora de los peines, | El templo queda en penumbra |
de peinetas, de algaradas, | la gente se va cansada |
de pedruscos voladores, | huele a incienso, huele a cera |
de insultos y de amenazas. | huele a velas apagadas. |
Y entre alborotos y gritos | Concluyó la romería, |
¡rodeneras, malpeinadas! | lo bueno pronto se acaba. |
de carros, charanga y gente | Para la próxima… un año, |
queda desierta la plaza. | ¡ojalá fuese mañana!. |
Hay que bajar pronto al Soto | |
que la explanada está en llamas | |
y los perros ya babean | |
por los retales de grasa. |
Publicado por: Enrique Urquiza en la Web de Villar del Salz
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